José Watanabe
Habitó entre nosotros
Fondo Editorial PUCP, 2002
LA ADULTERA
La frase, la limpia precisión de su lógica,
detuvo el tumulto.
'`'`'`'`'`'`'`'`Ellos,
apretando quietamente la piedra empuñada,
obedecieron sin poder oponerse
'`'`'`'`'`'`'`'`la orden de la frase: mirarse
en las simas de sí mismos.
En el corro acallado
empezó a obrarse el milagro. Dicen
que El realiza prodigios increíbles. Este,
'`'`'`'`'`'`'`'` tan esencial,
quizás sea el menos proclamado: hizo
que aceptáramos nuestras vilezas
'`'`'`'`'`'`'`'`'` con honestidad.
Por ese milagro
no fui lapidada. Como si hubieran pasado siglos
las piedras violentas cayeron de sus manos
'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'convertidas en suave arena.
NEGACION DE PEDRO
Frente a la multitud y su grita
¿por qué tu cuerpo
'`'`'`'`'` que tenía apostura de árbol afirmado
en la mejor tierra
'`'`'`'`'`'es ahora carne de vejaciones?
¿Por qué tus brazos
que se alargaban para curar, resucitar
y calmar tempestades
'`'`'`'`'`'`están recogidos y llagados?
Señor,
vuelve pronto a tus poderes
'`'`'`'`'`'`'`'`'porque tu debilidad
me convierte a mí en un animal pequeño
'`'`'`'`'`'`'`'`'` y asustado.
Así, disminuido, camino cerca del pretorio,
embozado el rostro y vuelto
'`'`'`'`'`'`'`'`'hacia las paredes. Todo
se desmorona a mi alrededor.
Si mi alma ahora te niega como lo anunciaste
no sé si será por miedo
o por esta desesperanza
'`'`'`'`'`'`'`'que mejor nombrada es cólera.
José Watanabe
El Guardián del Hielo
Editorial Norma, 2000
El guardián del hielo
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.