Poemarios - José Watanabe

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2010: Una novela en el espacio, es una novela blog que se actualiza cada cierto tiempo, durante el año 2010

Monday, September 26, 2005


José Watanabe
Habitó entre nosotros
Fondo Editorial PUCP, 2002
















LA ADULTERA

La frase, la limpia precisión de su lógica,
detuvo el tumulto.

'`'`'`'`'`'`'`'`Ellos,
apretando quietamente la piedra empuñada,
obedecieron sin poder oponerse
'`'`'`'`'`'`'`'`la orden de la frase: mirarse
en las simas de sí mismos.

En el corro acallado
empezó a obrarse el milagro. Dicen
que El realiza prodigios increíbles. Este,
'`'`'`'`'`'`'`'` tan esencial,
quizás sea el menos proclamado: hizo
que aceptáramos nuestras vilezas
'`'`'`'`'`'`'`'`'` con honestidad.

Por ese milagro
no fui lapidada. Como si hubieran pasado siglos
las piedras violentas cayeron de sus manos
'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'`'convertidas en suave arena.



NEGACION DE PEDRO

Frente a la multitud y su grita
¿por qué tu cuerpo
'`'`'`'`'` que tenía apostura de árbol afirmado
en la mejor tierra
'`'`'`'`'`'es ahora carne de vejaciones?

¿Por qué tus brazos
que se alargaban para curar, resucitar
y calmar tempestades
'`'`'`'`'`'`están recogidos y llagados?

Señor,
vuelve pronto a tus poderes
'`'`'`'`'`'`'`'`'porque tu debilidad
me convierte a mí en un animal pequeño
'`'`'`'`'`'`'`'`'` y asustado.

Así, disminuido, camino cerca del pretorio,
embozado el rostro y vuelto
'`'`'`'`'`'`'`'`'hacia las paredes. Todo
se desmorona a mi alrededor.

Si mi alma ahora te niega como lo anunciaste
no sé si será por miedo
o por esta desesperanza
'`'`'`'`'`'`'`'que mejor nombrada es cólera.



José Watanabe
El Guardián del Hielo
Editorial Norma, 2000


















El guardián del hielo

Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.

Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…

El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.

No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.